¿Cuáles son las principales formas de respaldar información, y cómo puedes evitar venirte abajo al darte cuenta de que es posible que no recuperes tus datos? Datos como fotos familiares, documentos laborales, proyectos personales…
A medida que la utilización de todo tipo de tecnología por parte de la humanidad ha crecido, los términos como copia de seguridad ya no son desconocidos para la mayoría de las personas. Por supuesto, este concepto existía mucho antes de que fuera nombrado como tal. Cada vez que un documento o información importante se copiaba y se almacenaba en un lugar separado del original con el fin de garantizar que la información no se perdiera, se estaba llevando a cabo el proceso respaldar sus datos. De esta manera, si el original se dañaba, era posible recuperar la información que contenía refiriéndose a la copia, que se guardaba en un lugar diferente y seguro. Cuando esta noción fue adoptada por individuos y compañías dentro de un contexto tecnológico, sus características originales no cambiaron, simplemente, se pusieron a disposición nuevos recursos para facilitar y acelerar el proceso.
Veremos los principales tipos de operaciones de copia de seguridad, así como algunos de los errores más comunes que muchos de nosotros podemos cometer al respaldar nuestros datos. En resumen, hay tres tipos principales de copia de seguridad: completa, incremental y diferencial.
Copia de seguridad completa
Como su nombre indica, esto se refiere al proceso de respaldar todo lo que se considera importante y que no debe perderse. Este tipo de copia de seguridad es la primera copia, también llamada la “base”, y en general, la copia más confiable, ya que normalmente se puede realizar sin necesidad de herramientas adicionales.
Respaldar de forma incremental
Este proceso requiere mucho más cuidado en las diferentes fases de la copia de seguridad, ya que implica hacer copias de los archivos teniendo en cuenta los cambios realizados en ellos desde el respaldo anterior. Por ejemplo, imagina que has hecho una copia de seguridad completa. Una vez que hayas terminado, tú decides que en el futuro harás copias de seguridad incrementales y luego crearás dos nuevos archivos. El método incremental detectará que todos los archivos de la copia de seguridad completa permanecen iguales y solo hará copias de los dos archivos recién creados. Como tal, este método ahorra tiempo y espacio, ya que siempre habrá menos archivos que si tuviera que hacer una copia de seguridad completa. Te recomendamos que no intentes emplear este tipo de estrategia utilizando medios manuales.
Copia de seguridad diferencial
Una copia de seguridad diferencial tiene la misma estructura básica que una copia de seguridad incremental; en otras palabras, implica hacer copias solo de archivos nuevos o de archivos que sufrieron algún tipo de cambio. Sin embargo, con este modelo para respaldar datos, todos los archivos creados desde la copia de seguridad completa original siempre se volverán a respaldar. Por los mismos motivos que con las copias de seguridad incrementales, recomendamos que las copias de seguridad diferenciales tampoco se realicen manualmente.
Dónde almacenar la copia de seguridad
Una vez que haya decidido qué tipo de copia de seguridad se adapta mejor a sus necesidades, es importante considerar cuidadosamente dónde almacenarlo. Los tipos de medios más comúnmente utilizados para almacenar datos han cambiado con los años. Las copias de seguridad se han realizado de diversas formas: tarjetas perforadas, disquetes, medios ópticos como CD, DVD y Blu-Ray, cintas, discos duros externos, servicios de almacenamiento basados en la nube y más. Una de las preguntas que debes considerar al decidir dónde guardar tu copia de seguridad es: ¿Cuánto tiempo vas a necesitar para mantenerla? Saber la respuesta a esa pregunta te facilitará saber en qué medio almacenar tus archivos.
Una tragedia que involucre pérdida de datos puede costar caro a todos, y no hace falta decir que el respaldo debe ser parte de toda estrategia de ciberseguridad. En cierto modo, las copias están diseñadas para proteger la inversión que hacemos en los datos, por lo que debemos pensar con anticipación para no desperdiciarla.
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