¿Qué es una unidad NAS y cómo puedo configurarla?

¿Te quedas sin almacenamiento? Puede que haya llegado el momento de comprar una unidad NAS. Un NAS, o Network Attached Storage, te permite acceder a tus archivos desde cualquier ordenador o dispositivo móvil, siempre que esté conectado a la misma red. Fundamentalmente, un NAS conecta varios dispositivos de almacenamiento (como los discos duros) a una
 
serman, laboratorio de recuperación de datos en españa

¿Te quedas sin almacenamiento? Puede que haya llegado el momento de comprar una unidad NAS.

Un NAS, o Network Attached Storage, te permite acceder a tus archivos desde cualquier ordenador o dispositivo móvil, siempre que esté conectado a la misma red. Fundamentalmente, un NAS conecta varios dispositivos de almacenamiento (como los discos duros) a una misma red.

¿Qué es una unidad NAS?

Piensa en un NAS en la misma línea que una solución de almacenamiento en la nube como Google Drive o Dropbox, pero alojada bajo tu techo. El grupo de almacenamiento está separado de tu ordenador y pueden acceder a él simultáneamente varios dispositivos y usuarios. Además, aunque tus teléfonos o pc tengan problemas, tus archivos seguirán siendo accesibles para otros dispositivos de la red.

Con la configuración de red adecuada, puedes incluso hacer que un NAS sea accesible a través de Internet para crear tu propio servidor de almacenamiento en la nube.

¿Por qué debería adquirir un NAS?

Hay varias razones por las que puedes querer tener y utilizar un NAS en tu casa. Digamos, por ejemplo, que necesitas hacer regularmente copias de seguridad de las fotos de un par de smartphones y una cámara.

Un flujo de trabajo tradicional para las copias de seguridad de imágenes es conectar cada dispositivo a un ordenador y copiar los archivos. Cuando alguien de la familia solicita una copia, tendrías que conectar sus dispositivos de almacenamiento al mismo ordenador o utilizar un servicio online como el correo electrónico.

Aunque lo anterior está bien para transferencias poco frecuentes, un NAS puede mejorar enormemente esta rutina. Por un lado, elimina la dependencia de tu ordenador personal. En segundo lugar, también ofrece opciones de copia de seguridad automatizada y transferencia inalámbrica para simplificar todo el proceso.

Las tareas de colaboración, como la edición de documentos y vídeos, también se benefician de un NAS. Si cada usuario tuviera su propia copia del archivo, cualquier cambio realizado en él no se sincronizaría con otros colaboradores. Sin embargo, trabajar directamente desde tu almacenamiento NAS alivia este problema, ya que todos los usuarios acceden a la misma copia.

El tipo de NAS que debes adquirir depende casi por completo de tu caso de uso y de tu presupuesto. Si diriges una pequeña empresa, por ejemplo, es posible que desees obtener una unidad NAS con mecanismos de seguridad y redundancia incorporados. Las organizaciones más grandes pueden incluso querer construir su propio servidor de almacenamiento desde cero, adaptado específicamente a sus necesidades.

Si eres un usuario doméstico medio que está empezando, lo más probable es que una solución estándar se adapte a tus necesidades. Aun así, la cantidad de opciones de NAS que hay en el mercado puede ser abrumadora.

Así que, ¿a qué debes prestar atención cuando compres un NAS?

Unidad NAS con disco incluido o sin disco: ¿Cuál debes elegir?

Seagate y Western Digital, dos de los mayores fabricantes de unidades de almacenamiento del mundo, venden NAS con discos preinstalados. Como incluyen todo lo que necesitas, la configuración es mínima. Compra una solución estándar, aliméntala con energía y una conexión de red, y sigue las instrucciones en pantalla. Estos dispositivos suelen ir acompañados también de una aplicación móvil.

Sin embargo, el inconveniente de estos dispositivos con “disco incluido” es que puedes estar bloqueado en los ecosistemas de hardware y software de la empresa correspondiente. Por ejemplo, algunos dispositivos Western Digital My Cloud exigen que tengas una conexión a Internet en funcionamiento para configurar el NAS por primera vez. Esto puede ser un obstáculo si buscas un dispositivo completamente desconectado.

Además, las soluciones preconfiguradas suelen ser más caras en términos de mantenimiento. Su naturaleza cerrada significa que normalmente no puedes sustituir los discos que contienen, por lo que la carcasa exterior es prácticamente inútil en caso de fallo del disco.

Si prefieres ser agnóstico en cuanto a marcas y comprar tus discos por separado, considera la posibilidad de un NAS sin disco. Aunque este enfoque requiere cierta configuración inicial, puede ofrecer una flexibilidad prácticamente ilimitada en términos de hardware y software. Además, las soluciones NAS sin disco suelen venderse en varias configuraciones de bahías, lo que te permite añadir exactamente tantas unidades como necesites.

El NAS más sencillo: ¡utiliza el puerto USB de tu router!

Si ya tienes varios discos duros externos a mano, también tienes la opción de construir tu propio NAS.

Muchos routers de gama alta (e incluso de gama media en la actualidad) incluyen un puerto USB en la parte posterior. Si el tuyo lo tiene, poner en marcha una unidad NAS puede ser tan sencillo como conectar un disco duro a la parte trasera del router. A partir de ahí, abre la página de administración de tu router y activa su funcionalidad de servidor de archivos.

En los routers Netgear, por ejemplo, esta funcionalidad se llama ReadySHARE. Otras marcas populares, como TP-link y D-link, también ofrecen la misma función bajo su propia marca.

Como los routers suelen tener sólo un puerto USB, sólo podrás conectar un disco duro. Además, la naturaleza poco potente de la mayoría de los dispositivos de red significa que no podrán ofrecer funciones adicionales, como las copias de seguridad rutinarias.

Otra opción de bajo coste sería utilizar una Raspberry Pi como tu NAS. Dado que la Pi es esencialmente un ordenador de bajo coste y baja potencia que puede ejecutar Linux, tiene varios casos de uso, incluido el de servir como NAS.

Un NAS basado en la Pi puede tener algunos inconvenientes, como los cuellos de botella del USB y de la red. Sin embargo, si sólo piensas conectar una o dos unidades y no necesitas velocidades de transferencia ultrarrápidas, es suficiente.

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