Las gafas inteligentes potenciadas con IA Ray-Ban Meta son solo uno de los muchos dispositivos tecnológicos portátiles en el mercado. Las gafas, que se lanzaron por primera vez en 2021, son una colaboración entre Meta y la empresa de gafas franco-italiana EssilorLuxottica. Esta empresa es la que posee la marca Ray-Ban, entre muchas otras marcas.

¿Cómo funcionan las nuevas gafas inteligentes de Meta?

Las gafas inteligentes cuentan con dos pequeñas cámaras, altavoces de oído abierto, un micrófono y un panel táctil integrado en la patilla de las gafas. Para acceder a estas funciones, los usuarios deben emparejarlas con su teléfono móvil mediante la aplicación Meta View. Así pueden tomar fotos o videos con la cámara, escuchar música desde su teléfono y transmitir en vivo a las plataformas de redes sociales de Meta.

Los usuarios pueden operar las gafas usando comandos de voz o el asistente de Meta AI incorporado, que responde a indicaciones como “hey Meta”. Por ejemplo, los usuarios pueden decir: “hey Meta, mira y…” seguido de preguntas sobre su entorno.

Para tomar una foto o grabar un video, los usuarios presionan y mantienen presionado un botón en la montura. Esto activa un LED en la parte frontal de las gafas. El LED indica a los demás que la cámara está capturando una foto o video. Si la luz está cubierta, la cámara no funcionará y el asistente de Meta AI le pedirá al usuario que la muestre al aire libre.

Aunque el LED ayuda a señalar que la cámara está en funcionamiento, el tamaño relativamente pequeño ha generado críticas por parte de los reguladores de privacidad en Europa.

Preocupaciones sobre la privacidad de los datos

Como una empresa que obtiene casi todos sus ingresos de la publicidad, han surgido preocupaciones sobre cómo se utilizarán las imágenes capturadas con las gafas por parte de la compañía.

Meta tiene un largo historial de preocupaciones sobre la privacidad. Cuando se trata de datos de los usuarios, la gente está legítimamente preocupada por qué uso le dará Meta a sus imágenes. Incluso llegando a sospechar que podría tomar fotos sin su consentimiento para ser usadas por la empresa.

Las gafas inteligentes IA de Meta añaden otra capa a este debate al introducir a la inteligencia artificial en la ecuación. La IA ya ha generado numerosos debates y críticas sobre lo fácil que es engañarla. También genera serias dudas sobre la confianza con la que proporciona información incorrecta y su posible sesgo racial.

Los lentes envían las fotos y videos generadas por los usuarios a la nube de Meta para ser procesados mediante IA. Según el propio sitio web de Meta, “todas las fotos procesadas con IA se almacenan y se utilizan para mejorar los productos de Meta, y serán utilizadas para entrenar la IA de Meta con la ayuda de revisores capacitados”.

Meta afirma que este procesamiento incluye el análisis de objetos, texto y otros contenidos de las fotos. Además de que cualquier información “será recopilada, utilizada y retenida de acuerdo con la Política de Privacidad de Meta”. En otras palabras, las imágenes subidas a la nube serán usadas para entrenar la IA de Meta.

Dejándolo en manos de los usuarios

La ubicuidad de las cámaras digitales portátiles, incluidas las portátiles, ha tenido un impacto significativo en cómo documentamos nuestras vidas, al mismo tiempo que reaviva los debates legales y éticos en torno a la privacidad y la vigilancia.

El problema es que, por ley, en general las personas pueden ser fotografiadas en un lugar público sin su consentimiento, a menos que haya una expectativa razonable de privacidad. Sin embargo, se aplican restricciones si las imágenes se utilizan con fines comerciales o de una manera que pueda causar daño o angustia. Existen excepciones para fines periodísticos o asuntos de interés público, pero estos pueden ser matizados.

Meta ha publicado un conjunto de mejores prácticas para alentar a los usuarios a ser conscientes de los derechos de los demás cuando usen las gafas inteligentes potenciadas con IA. Estas pautas sugieren anunciar formalmente cuando se planea usar la cámara o transmitir en vivo. Además de apagar el dispositivo al ingresar a espacios privados, como consultorios médicos o baños públicos.

Lo que sigue sin estar claro es el tema del consentimiento de los transeúntes. Generando serias dudas sobre cómo las personas que aparecen de manera no intencionada en el fondo de las fotos serán utilizadas por Meta con fines de entrenamiento de IA.

La dependencia de Meta en el comportamiento de los usuarios para mantener las normas de privacidad puede no ser suficiente para abordar las complejas cuestiones en torno al consentimiento, la vigilancia y la explotación de datos. Dado el historial de la empresa con respecto a los problemas de privacidad y su modelo de negocio basado en los datos, es razonable preguntarse si las salvaguardias actuales son suficientes para proteger la privacidad en nuestro mundo cada vez más digitalizado.