Descartan que el gran apagón haya sido causado por un ciberataque

Ya ha pasado más de una semana desde que la península ibérica vivió uno de los eventos más impactantes de su historia reciente: un apagón masivo que dejó sin suministro eléctrico a casi todo el territorio de España y Portugal durante varias horas. Aunque en un primer momento surgieron especulaciones sobre un posible ciberataque, autoridades
 
serman, laboratorio de recuperación de datos en españa

Ya ha pasado más de una semana desde que la península ibérica vivió uno de los eventos más impactantes de su historia reciente: un apagón masivo que dejó sin suministro eléctrico a casi todo el territorio de España y Portugal durante varias horas. Aunque en un primer momento surgieron especulaciones sobre un posible ciberataque, autoridades españolas han descartado esta hipótesis. Según declaraciones de Eduardo Prieto, director de Red Eléctrica, no hubo ningún tipo de interferencia en el centro de control de la red.

En una rueda de prensa celebrada el martes, Prieto aseguró que “podemos concluir que no hubo ninguna interferencia en el centro de control de la red”. Si bien aún no se han determinado con certeza las causas del apagón, Prieto afirmó que es “muy posible” que esté relacionado con la producción de energía solar, dado que la falla se originó en el suroeste de España, una región con alta concentración de plantas solares. También descartó que fenómenos atmosféricos estuvieran involucrados.

España a oscuras

El apagón, que comenzó poco después del mediodía, afectó gravemente el funcionamiento cotidiano de ambos países. Al llegar la medianoche, solo se consiguió restaurar el 61% de la demanda eléctrica en España. No fue sino hasta la mañana del martes que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, informó casi la totalidad del reestablecimiento del servicio eléctrico.

Pese a la magnitud del evento, no se reportaron incidentes graves de seguridad. En las calles, la población reaccionó de forma variada: algunos aprovecharon la desconexión para salir a tomar aire fresco, conversar con vecinos o disfrutar de un helado antes de que se derritiera. Con menos coches en las calles y una conectividad digital limitada, muchos describieron la experiencia como un salto temporal hacia el pasado.

No obstante, no todos vivieron el apagón de manera positiva. El caos reinó en las grandes ciudades como Madrid, donde los semáforos dejaron de funcionar, colapsando el tránsito. El transporte público quedó paralizado, dejando a miles de usuarios varados. Más de 35.000 personas fueron rescatadas de trenes detenidos, y otras quedaron atrapadas en ascensores, lo que obligó a la intervención de los servicios de emergencia.

Continuan las investigaciones sobre el gran apagón

Los negocios también se vieron duramente afectados. Las actividades industriales y comerciales se detuvieron por completo, generando pérdidas económicas considerables en un corto período de tiempo. Ante la magnitud de la situación, varias regiones declararon el estado de emergencia y solicitaron la intervención del gobierno central para gestionar la crisis.

Mientras tanto, continúan las investigaciones para esclarecer el origen exacto del apagón. El hecho de que se haya producido en una zona clave para la generación de energía solar ha despertado preguntas sobre la vulnerabilidad de las infraestructuras eléctricas en contextos de transición energética.

El evento ha servido como un llamado de atención sobre la importancia de fortalecer la resiliencia de los sistemas eléctricos y mejorar los protocolos de emergencia. Aunque el ciberataque ha sido descartado, la causa exacta aún no está clara. Esta incertidumbre mantiene en vilo tanto a autoridades como a ciudadanos. En un mundo cada vez más dependiente de la energía eléctrica, este tipo de incidentes revelan lo frágil que puede ser la normalidad.

¿Podrán los gobiernos prevenir futuros apagones o estamos ante un nuevo tipo de desafío energético? Solo el tiempo lo dirá.

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