Imagina un futuro en el que un dispositivo portátil le diga a los anunciantes cuándo tienes ganas de comer chocolate o le informe a tu empleador cuando no estás prestando atención en el trabajo. O un implante médico, destinado a salvar tu vida, termine siendo usado en tu contra. Todos estos son datos neuronales que vamos a tener que empezar a proteger.
Estos son algunos de los escenarios que preocupan a las personas en el campo emergente de la privacidad neural. Los expertos advierten que algunos de ellos están más cerca de hacerse realidad de lo que podríamos pensar.
A medida que las empresas tecnológicas y los científicos invierten en tecnología que interactúa con nuestros cerebros, algunos expertos dicen que estas preocupaciones son exageradas y que estamos lejos de poder mapear estados de ánimo y pensamientos de manera significativa.
Sin embargo, otros sostienen que los datos cerebrales son la próxima frontera de la privacidad y que necesitamos leyes para proteger nuestros datos cerebrales ahora.
“Obviamente, hay muchos actores malintencionados en el mundo que intentarán usar estos dispositivos con fines muy preocupantes”, mencionan los neurocientíficos.
¿Qué es la privacidad de los datos neuronales?
La neurotecnología es la tecnología que interactúa con nuestros cerebros o sistemas nerviosos. Se divide en dos categorías principales: invasiva, como los implantes, y no invasiva, como los dispositivos portátiles.
La esfera de consumo está dominada por los dispositivos portátiles no invasivos. Piensa en bandas para la cabeza que monitorean tu estado de relajación para ayudarte a meditar. También podrían ser cascos y auriculares que miden la fatiga para reducir accidentes en el trabajo.
Grandes empresas como Snapchat, Meta y Apple también están explorando el espacio de la neurotecnología, y esta última ha patentado auriculares que miden la actividad eléctrica del cerebro.
Por otro lado, la neurotecnología invasiva está mayormente limitada al ámbito médico. Existe la estimulación cerebral profunda, que usa cables para enviar señales al cerebro y ayudar a manejar síntomas de trastornos neurológicos como el Parkinson. Los implantes cerebrales, colocados quirúrgicamente, pueden enviar impulsos eléctricos al cerebro para bloquear las convulsiones en pacientes con epilepsia resistente a medicamentos. Y las interfaces cerebro-computadora permiten que personas con movilidad limitada controlen extremidades robóticas.
Chile se convirtió en el primer país en modificar su constitución para proteger la “integridad mental” y los datos neuronales en 2021, y varios otros países de América Latina están considerando movimientos similares.
¿Qué otros países están preocupados por el tema?
Los derechos neuronales también están en la mira de Canadá. La Oficina del Comisionado de Privacidad federal considera los datos neuronales como un tipo de información biométrica, lo que significa que están protegidos bajo la Ley de Protección de Información Personal y Documentos Electrónicos.
El impacto de la neurotecnología en Europa y, particularmente, en España podría ser profundo en términos de derechos de privacidad y regulación de datos personales. A medida que dispositivos portátiles e implantes cerebrales se popularicen para usos médicos, laborales o de consumo, aumentará el debate sobre la protección de la integridad mental y los datos neuronales.
España debería empezar a pensar en la implementación de leyes específicas para proteger estos datos. Esta legislación podría ser necesaria para evitar el uso indebido de información extremadamente sensible, que podría comprometer la autonomía y privacidad de las personas. La regulación neurotecnológica podría afectar al ámbito laboral, con la posible monitorización de la atención y el rendimiento de los empleados. Incluso podría impactar en el área judicial, donde los datos neuronales podrían utilizarse como evidencia en casos penales. Europa ya cuenta con una fuerte normativa de protección de datos, pero la neurotecnología plantea nuevos desafíos éticos y legales que exigen una respuesta adaptada a este ámbito emergente.
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